Nuestra comunicación tiene el poder de determinar el camino que toma nuestra vida porque a través de ella dejamos entrar personas a nuestro entorno; con ella decimos sí o no a diferentes oportunidades que se nos presentan en el camino. Con una comunicación verbal y no verbal, somos capaces de dar un giro completo a nuestra vida, por lo que debemos estar conscientes de lo que transmitimos.
Hoy vamos a concentrarnos solo en la comunicación verbal, en cada sonido que sale de nuestra boca y su impacto en quienes somos y en lo que nos hemos convertido, el poder de nuestra palabras.
Aprender a usar las palabras correctas
Cuando éramos niños y tocábamos algo que no debíamos, nuestros padres corrían a decir “no”, “malo”, “caca”, ¿o no? ¿Quién fue víctima de esto? Porque yo sí lo fui… y de esta forma nuestra mente empezaba a entender y a recibir la información de que algo era malo o que estaba prohibido.
Ya siendo un poco más grandes y cuando nos tocaba hacer nuestros deberes en casa, si algo no salía bien, inmediatamente nos decían “eso no se hace así, “no lo hiciste bien” o “no sabes cómo hacerlo…”
Todas esas palabras tenían una connotación negativa y venían con un significado más profundo de lo que realmente nuestros padres nos querían decir, a eso le llamamos el poder. Al ser niños, un “no” nos daba temor, miedo o angustia, e incluso una frase como “no lo hiciste bien” nos podría generar la sensación de que no éramos buenos para hacer algo o incluso de que nunca seríamos capaces de lograr llevar a cabo esa tarea en particular.
Es ahí cuando empiezan a impactarnos las palabras, la forma y su connotación, esas palabras que nos marcaron con experencias y que van formando también nuestra personalidad y por lo que hoy sentimos, pensamos, percibimos y actuamos de una forma u otra.
Y así llegamos a un punto muy importante de esta introspección…
Somos lo que escuchamos y decimos
Las palabras no se las lleva el viento, como mucha gente cree. Las palabras forjan nuestra actitud, nos edifican o nos destruyen, nos hieren o nos curan, definen nuestra visión y se almacenan como pequeños bloques de tetris, así sea en nuestro subconsciente.
Por eso, una vez que conocemos el impacto que tienen en quienes somos, debemos definir qué tipo de persona queremos ser y qué debemos empezar a escuchar y decir para llegar a ese camino que deseamos, ¿a qué le debemos prestar atención realmente y qué vamos a identificar como ruido?
El poder que tienen las palabras en ti, lograron definirse hasta ahora y seguramente no tienes culpa de eso, cuando eres pequeño no te queda de otra que aprender lo que tu familia sabe, pero hoy tienes la responsabilidad de tomar el control y empezar a redefinirte. ¿Qué harás con la información que hoy tienes tú?